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Prevención de enfermedades

Una vez me clavé en la planta del pie y lo primero que hizo mi madre fue colocarme en la herida raíz de anamú embadurnada con trementina, envuelta y amarrada con un paño.
No podía pasar por donde hubiera estiércol u orina de caballo, porque estaba propensa a darme tétano. Antes existían dos tipos de vacunas antitetánicas: la humana y la de caballo.  
La más barata era la de caballo. En esos tiempos no se usaban las jeringuillas desechables sino las de cristal, que luego de su uso se ponían a hervir, para desinfectarlas, en ollitas esmaltadas.
Eran reusables. En algunas casas ponían letreros ofreciendo este servicio: “Se ponen inyecciones”, pero tenían que presentar la receta. Muchas veces eran “norsas” o enfermeras que se ganaban esos chelitos haciendo este servicio.
Estas personas tenían fama de que al inyectar poseían la mano liviana o la mano pesada, dependiendo de la paciencia o dulzura de la especialista. Ya es muy raro que las personas se animen a inyectar, siempre lo hacen en las clínicas, eso se olvidó.
Jeringuilla de cristal de la Coleccion de Xiomarita Pérez
¿Recuerdan que había gente que eran expertas en tirar la jeringa a larga distancia, principalmente en las nalgas?, y luego frotaban con algodón untado de alcohol y masajeaban (ya no lo hacen). Si la persona que inyectaba era poco diestra le salía un hematoma o moratón y esto era producto de la inexperiencia en estos menesteres.
Nos preguntaban si habíamos comido y si era así teníamos que esperar hacer la digestión, además de que nunca se inyectaba en pleno sol sino “con la fresca” que significaba al atardecer.
Antes le daban una palmadita en el lugar del hecho para que se adormeciera y no te doliera el pinchazo. Ahora te dicen: “respira profundo”.
Recuerdo a Ana Colombo, en Puerto Plata, que era experta en poner inyecciones, además de trabajar toda una vida en el Centro Sanitario, institución cuya misión es contribuir a la prevención de enfermedades.
Mi hermano Cruz Pérez Linares laboró por mucho tiempo en esa institución.

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Columna Folcloreando, publicada en Listin Diario el 29-01-2014
Xiomarita Pérez

1 comentario:

  1. Muy interesante en especial saber que antes el clima y hora del dia se tomama en consideracion antes de iniciar hasta este simple procedimiento medico. Se nota que la sociedad estaba mas sintonizada con el universo

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