Bonyé es sinónimo de son
Ya es una marca y por ese motivo el grupo musical debe mantener esa
tradición sonera como lo ha hecho desde sus inicios.
Ese grupo ya no se pertenece; es de todos los que se dan cita cada domingo en la parte frontal de Las Ruinas de San Francisco a escuchar merengue, salsa, salves y otros ritmos, pero es el son lo que caracteriza al grupo y me imagino que será así mientras lleve ese sello del hombre, acompañado de Chencha, su pareja de vida, paseando la pista, dando punteos con sus zapatos de dos tonos y su sombrero con cintas de diversos colores.
El público que asiste a Las Ruinas es variado. Se llena de personas de la vecindad, de familiares, compadres, novios, esposos, compañeros de universidad que se citan allí para compartir, ver bailar, y hasta degustar una carnita frita.
Lo que queremos es que se mantenga el repertorio musical desde sus inicios, cantar y tocar más son, que es lo que pide el público bailador y se debe complacer.
El espacio de la tarima es una oportunidad que se le brinda a muchos talentos para que se expresen, pero no se debe convertir en “Buscando estrellas” la noche entera. También hay que depurar a los cantantes que suben a interpretar las canciones, que muchas veces son letras cuyo contenido incitan al vicio.
En estos momentos Bonyé es uno de los grupos musicales más
acoplados que existen en la actualidad, han integrado música de otros
países, como la plena, sin dejar atrás muchos ritmos folkloricos y
populares nuestros, que elevan nuestra identidad. ¿Qué decir de la salve
de los guandulitos?
Soy la portavoz de los sin voz de estas inquietudes que me externan muchos de los que “ablandan” las escalinatas de la edificación por cinco horas cada domingo.
Vamos a complacer a los turistas, pero hay que tomar en cuenta a los que han hecho de Las Ruinas su casa y a Bonyé su medio musical para bailar. Ojalá que este grupo se mantenga y se le reconozca como el que ha hecho que muchas personas se relajen, “boten el golpe” y que la única “locura” que pueden cometer es estar cada domingo en Bonyé.
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Xiomarita Pérez
Columna Folcloreando
Publicada en Listín Diario el 11-06-14
Ese grupo ya no se pertenece; es de todos los que se dan cita cada domingo en la parte frontal de Las Ruinas de San Francisco a escuchar merengue, salsa, salves y otros ritmos, pero es el son lo que caracteriza al grupo y me imagino que será así mientras lleve ese sello del hombre, acompañado de Chencha, su pareja de vida, paseando la pista, dando punteos con sus zapatos de dos tonos y su sombrero con cintas de diversos colores.
El público que asiste a Las Ruinas es variado. Se llena de personas de la vecindad, de familiares, compadres, novios, esposos, compañeros de universidad que se citan allí para compartir, ver bailar, y hasta degustar una carnita frita.
Lo que queremos es que se mantenga el repertorio musical desde sus inicios, cantar y tocar más son, que es lo que pide el público bailador y se debe complacer.
El espacio de la tarima es una oportunidad que se le brinda a muchos talentos para que se expresen, pero no se debe convertir en “Buscando estrellas” la noche entera. También hay que depurar a los cantantes que suben a interpretar las canciones, que muchas veces son letras cuyo contenido incitan al vicio.
Bienvenido y Milagros pareja bailadora de son |
Soy la portavoz de los sin voz de estas inquietudes que me externan muchos de los que “ablandan” las escalinatas de la edificación por cinco horas cada domingo.
Vamos a complacer a los turistas, pero hay que tomar en cuenta a los que han hecho de Las Ruinas su casa y a Bonyé su medio musical para bailar. Ojalá que este grupo se mantenga y se le reconozca como el que ha hecho que muchas personas se relajen, “boten el golpe” y que la única “locura” que pueden cometer es estar cada domingo en Bonyé.
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Xiomarita Pérez
Columna Folcloreando
Publicada en Listín Diario el 11-06-14
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