Confesiones de Edna Garrido
Edna Garrido en el jardin de su casa |
VIRGINIA
Beach.- Para la
pionera del folklore dominicano, haber vivido por más de 50 años en
Estados Unidos no ha significado que se haya olvidado de su tierra. Al
contrario, ha sido una experiencia maravillosa haberse casado con Ralph Boggs,
folklorista estadounidense, quien la orientó para que investigara sobre el
folklore infantil dominicano y gracias a eso hoy tenemos esa obra en tres
ediciones que ha recorrido el mundo.
Doña Edna
Garrido de Boggs es lo que se dice una mujer con porte y elegancia. Es
presumida en el vestir, le gusta la buena comida, siempre que sea sana, y se
enorgullece de la formación que le dieron sus padres, VÃctor Garrido Puello y
Tijides RamÃrez de Garrido, en San Juan de la Maguana.
Se considera
investigadora, folklorista y educadora, ya que dedicó sus últimos años en el
paÃs a la educación primaria, lo que le dejó la satisfacción de haber
aportado en la formación de alumnos que hoy los recuerda con cariño.
Considera
que por su edad su tránsito a la eternidad no está lejano, pero no le quita el
sueño, porque sabe que estará cerca de quien fuera su compañero de vida, que la
trató como una reina, con respeto y delicadeza.
Doña Edna
será homenajeada durante el acto de apertura de la IV Feria Regional del Libro
San Juan 2007, que se realizará el martes 30 de este mes.
Usted es la
pionera de la investigación folklórica en nuestro paÃs. ¿Qué significa el
folklore para usted?
Esas son
cosas que ocurren en la vida. Yo nunca pensé que iba a ser pionera de nada,
sencillamente tuve la buena fortuna de que el profesor Boggs me interesara por
el folklore.
Cuando fui a
la cátedra de folklore del profesor Boggs, yo nunca habÃa oÃdo mencionar la
palabra folklore.
Eso fue en
1944 y fui a esa cátedra porque una amiga llamada Amalia Aybar me invitó, de
modo que no voy a decir que tenÃa deseos de aprender folklore. Fui y me
interesé y fui una de las que tomó el curso completo y, no sólo eso, ese
profesor era muy distinto de los otros profesores dominicanos.
Con sus padres y esposo en el Clover Club de Miami 1948 |
¿En qué
aspecto era distinto?
En ese
tiempo yo iba a la universidad en carro, pues me llevaba el chofer de mi casa,
que era en realidad del Gobierno, y cuando se terminaba la clase y el profesor
se iba, como estaba en el camino, lo invitaba a llevarlo al hotel. Fue asà como
entablamos una amistad y una tarde él me invito al restaurante Hollywood a
tomar algo y en la conversación me dijo: Señorita Garrido, ya que usted es
maestra, ¿por qué no hace en Santo Domingo lo que hizo MarÃa Cadilla de
MartÃnez en Puerto Rico, que publicó un libro sobre los juegos infantiles? , y
me dio esa idea; no solo eso, sino que me mandó un libro de la autora que
me mencionó y desde entonces me interesé en el tema.
¿Qué pasó
entonces?
Él regresó
a Estados Unidos y aproveché mis primeras vacaciones para salir a
recopilar los juegos infantiles. Eso me puso en contacto con el pueblo
dominicano.
- ¿Fue
bonita esa experiencia con las personas que entrevistaba?
Según
viajaba y entrevistaba a personas que conocÃa y no conocÃa, me fue
cambiando el carácter. Me ayudó personalmente, porque yo no era asà y eso
contribuyó a que me entusiasmara siempre en ampliar mis conocimientos prácticos
del folklore, después de haber tenido la teorÃa.
El ser hija
de VÃctor Garrido Puello, funcionario del Gobierno de aquella época, ¿le
facilitó realizar sus investigaciones para la publicación de su libro Folklore
infantil de Santo Domingo, el cual ha recorrido el mundo?
Mi padre no
participó en mi vida folklórica. Papá tenÃa su asunto y yo el mÃo. Lo único que
mi padre hizo fue llevarme a mà y a mi grupo de chicos a EstebanÃa y en otro
viaje que lo acompañé a Higüey cuando me regalaron lo que salió en el libro
que publiqué el pasado año. Esa fue la contribución de papá.
- ¿Usted se
sujetó a lo que se estilaba en esa época, de regalarle un libro a Trujillo?
No recuerdo
si le mandé un libro a Trujillo. A doña MarÃa, sÃ. No era una obligación, tú se
lo mandabas si querÃas.
-
Como hija de VÃctor Garrido Puello, ¿tenÃa contacto social con el
Gobierno, iba a las actividades?
SÃ,
iba a los bailes en el Palacio de Gobierno, a los reinados. Julio Ortega Frier
le dio una fiesta a Trujillo en su casa, de estilo español, ubicada en la Arzobispo
Meriño e invitó a papá, y como mamá no estaba, me llevó a mÃ, porque yo era la
hija soltera y fui con mi novio (risas) y bailando un merengue me tocó en una
rueda darle la mano a Trujillo. Esa fue la única vez en mi vida que estuve
cerca de él.
¿HabÃa
personas o funcionarios, que le tenÃan cierto interés?
La polÃtica
nunca influyó en mi vida privada. Yo tenÃa mis amigas y nuestro grupo social,
completamente social: Ãbamos al cine juntas con los jóvenes. Para mà la vida
polÃtica de mi padre y mi vida privada social eran dos mundos distintos.
En su hogar en el 2007 |
- ¿Trujillo
ayudó en el aspecto económico en sus investigaciones?
Yo no llamo
Trujillo, sino el Gobierno: la SecretarÃa de Educación. El Gobierno dominicano
me concedió una licencia con sueldo por el tiempo que permanecà aquà en Estados
Unidos con una beca que lo tenÃa todo pago, pero que era una beca para mi standard
de vida (risas). Me vino muy bien tener mi sueldito y además yo traje dinero,
porque a mà el único libro que me produjo dinero fue Versiones dominicanas de
romances españoles.
- Yo pensé
que Folklore infantil de Santo Domingo , que va por tres ediciones le habÃa
dejado dinero.
No, porque
de la primera edición que hicieron en España cuando firmamos el contrato me
mandaron, yo creo que como 200 dólares, y después de las ventas futuras todavÃa
las estoy esperando. La segunda y la tercera las regalé, de modo que yo no he
recibido dinero.
- No le dejó
dinero, pero, ¿Qué ha significado editar en tres ocasiones el libro Folklore
infantil de Santo Domingo , que ha recorrido el mundo?
Que he
contribuido a la difusión del folklore dominicano y que espero que sigan
practicándolo en Santo Domingo. Esa es la única satisfacción.
- Se ha
discutido mucho sobre el término folklore, si se escribe con c o con
k.
Mi opinión
es que la palabra folklore se deriva de lo que significa el término folk:
pueblo y lore: tradición.
De modo que el folklore es la tradición del
pueblo, entonces si tú pones vamos a decir en inglés folk con c no quiere
decir nada, sino un disparate, cuando se le quita la k la palabra queda
destruida, le quitan el significado.
Como estudié folklore y sé lo que
significa, nunca escribirÃa folklore con c, como nunca lo hubiera hecho
mi marido. Eso es lo único que te puedo decir, yo no lo apruebo, aunque lo
apruebe la Academia, porque la Academia no es folklorista y a lo mejor ni sabe
lo que significa la palabra folklore.
-
¿Qué significó Ralph en su vida personal y profesional?
Todo
(risas). Todo, porque en mi vida personal fue mi único esposo, que
vivimos juntos, disfrutamos la vida juntos por 46 años.
Que nunca, nunca, nos
separamos, siempre dormimos en la misma cama, siempre comimos tres comidas
juntos, porque él venÃa de la universidad a almorzar conmigo todos los dÃas.
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Publicado en el periodico Hoy, el 27 de octubre de 2007
Por Xiomarita Pérez
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