Las cuñadas y los cuñados
Sé ser cuñada, esa que defiende, protege y saca la cara por las parejas de mis hermanos, mientras sepan conducirse y nunca me pregunten sobre sus cónyuges.
Normalmente anhelamos que nuestros amigos y amigas sean las parejas de nuestros hermanos, porque así cultivamos mejor la amistad de años. Pero muchas veces sucede que quienes deben buscar sus parejas son ellos mismos, no podemos o no debemos intervenir o interceder en los gustos de los seres humanos, porque al fin y al cabo son ellos que luego dormirán juntos.
En mi hogar nunca se permitió que una joven fuera a nuestro hogar buscando a uno de mis hermanos, ya ellos teniendo compromisos previos con sus parejas, jamás se estiló esa costumbre.
En muchas familias, los hermanos (varón y hembra) se da el proxenetismo y en realidad no lo veo mal, porque total, son familia, malo fuera que apoyaran a las cuñadas. Normalmente se dan casos en donde viene la infelicidad de ambos cónyuges por injerencia externa.
Marcela Eguren de Pérez, que en paz descanse, fue una de las cuñadas que más admiré y respeté y nunca hubiera sido capaz de permitir o apoyar cualquier “desasurdo” que hubiera cometido mi hermano Luis Pérez, y mucho menos teniendo una familia nuclear como la concebida con nueve hijos. A Luis lo respeté por eso, porque si en algún momento le faltó, lo guardaron en secreto.
Los cuñados y cuñadas son parte de la familia, son el sostén en las emergencias. Habría que determinar el término, porque hay tíos y sobrinos, padres e hijos, madres e hijos, pero en los cuñados qué se da, qué nombre le pondremos, porque si mi cuñada es la esposa de mi hermano ¿qué soy yo del hermano de mi esposo, cuñada igual, no habrá otro calificativo?
Buscando en la Web, cuñado significa hermano político. “Se trata de un vínculo familiar que una persona adquiere a partir del casamiento de su hermano o hermana, o si esta misma persona contrae matrimonio y su pareja tiene hermanos. El cuñado es una forma de parentesco que surge por afinidad. No existe un lazo de sangre que una a los cuñados”. Los interesados deben escoger sus parejas con las que formarán sus hogares, nadie de la familia debe involucrarse en las relaciones sentimentales.
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