Parque Son en Los Mina
En mis andanzas bailables he observado que los mejores bailadores nacen, crecen y se multiplican en la parte Este de la capital. Sé que hay bailadores en otras provincias, pero cuando se habla de son y salsa hay que quitarse el sombrero en esta parte de la ciudad.
Tengo varios lunes visitando Parque Son, cuyo dueño es Raphy Familia, un lugar que me ha impresionado muchísimo, porque se puede considerar emblemático, frecuentado por los auténticos soneros, cada uno con su estilo propio, donde se observa en la pista la versatilidad dancística de los bailadores.
En principio una panorámica y luego me detengo visualmente en una pareja dando punteos; en otras esquinas del salón varias parejas hacen figuras. Esto ocurre los lunes desde las 5:00 de la tarde hasta las 12 de la noche. Solo son, bolero son, habaneros, danzones y salsa.
Algunos soneros, entre ellos Alberto Mañón y Miguel Ángel Montaño, van sin parejas y bailan la noche entera. Otras personas van acompañadas, como Nicolás González y Julieta Arias; Carlos Asencio y Miriam Vásquez; Henry García y Carlixta García; Sagrario de los Santos y Benito García, “La Lluvia”; Freddy Javier e Isabel Decena.
Carmen de la Rosa y Alfredo de la Rosa son una pareja icono del son. Residen en Nueva York y han sido directivos del Club de Soneros en esa urbe. Están vacacionando y aprovechan la ocasión para visitar Parque Son, ubicado en Los Mina, frente al parque Las Palmas. Otra pareja presente son Emilio Guillén y Milagros Pérez, del grupo carnavalesco Los Creativos de Santo Domingo Este.
Lo que más me agrada, aparte del ambiente que reina en este lugar, es ver a Carlos Ferrer bailar con su madre Eduarda Germán y con su hermana Cristobalina Ferrer.
Para mí fue una sorpresa, porque esto no es usual. Bailan precioso y ver a Carlos “encalacao” disfrutando el baile con esas dos parejas es impresionante.
Otra pareja es Catalina Mejía y su esposo Gilberto Arias. Cuando no están bailando están tocando güira y maracas, al igual que otras personas expertas en música
Otra atracción en la pista son las mellizas Esperanza y Caridad, que son bailadoras innatas, improvisan pasos y movimiento con el cuerpo, que es un puro arte. Vale la pena visitarlo.
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