Mi dieta escolar
Mi hermana Carmen y yo estudiamos en el colegio Santa
Clara, becadas con un transporte de guagua de la CompanÃa Nacional de Autobuses.
Mi madre nos levantaba a las cinco de la mañana y hacÃa un café con leche y pan con huevo, o con queso Don Pancho, cuando habÃa dinero, y para llevar nos preparaba a cada una cuatro panes con huevos revueltos.
Nunca llevé veinticinco centavos para comprar un refresco de botella y un pastelito, porque no habÃa recursos para ello.
A las 6:00 de la mañana esperábamos la guagua en la Peña Batlle esquina Summer Welles. Éramos las primeras en recoger y por ese motivo siempre ayudaba a montar o a desmontar a los niños y a cruzar la calle.
Recuerdo a Margarita, yo le llevaba como 5 o 6 años y
siempre se sentaba alante conmigo y me regalaba la mitad de su pan,
preparado con jamón y queso, ¡qué pan!
La hora de Literatura con el profesor Caonabo coincidÃa con el recreo de kÃnder y le daba mordidas a mis panes y le pedÃa permiso al profesor para “ayudar” a esos niños a sacar sus refrescos de la nevera y yo, autoagradecida me tomaba un trago de cada refresco, porque tenÃa que “bajar el pan”.
Subo al aula, continúo en mis clases, encontrando muchas veces que se habÃan comido la mitad de uno de mis panes. En el recreo siempre me juntaba con mis amigas Miriam Pimentel y Altagracia Genao, “Lacha”, que esas sà que llevaban veinticinco centavos. Diariamente Miriam compraba un refresco de uva y Altagracia Genao -Lacha- uno rojo, ambos acompañados de pastelitos. No me explico cómo no cambiaron de color.
Siempre les brindaba de mis panes, pero no estaban acostumbradas a mi menú. Entonces ellas, al no ser tan glotonas, me daban la mitad de cada una de su merienda.
Tocar el timbre para entrar al aula era una señal para dirigirme a la cafeterÃa a donde sor Lourdes, una monja con más de 68 años, a “requintar” de los pastelitos que no se vendieron porque estaban rotos.
Mis amistades
siempre me han preguntado cómo no crecÃ, era la última de la ruta y
llegaba a mi casa a las tres de la tarde y no comÃa. No sé si era porque
la comida estaba frÃa o porque mi barriga estaba un poco llena.
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Xiomarita Pérez, columna Folcloreando
Publicada en Listin Diario el 18-12-2013
La primera fotografÃa es propiedad de www.aventurasinfantiles.com
Local del colegio Santa Clara en la Ciudad Colonial |
Mi madre nos levantaba a las cinco de la mañana y hacÃa un café con leche y pan con huevo, o con queso Don Pancho, cuando habÃa dinero, y para llevar nos preparaba a cada una cuatro panes con huevos revueltos.
Nunca llevé veinticinco centavos para comprar un refresco de botella y un pastelito, porque no habÃa recursos para ello.
A las 6:00 de la mañana esperábamos la guagua en la Peña Batlle esquina Summer Welles. Éramos las primeras en recoger y por ese motivo siempre ayudaba a montar o a desmontar a los niños y a cruzar la calle.
Reunión de la promoción 1973 |
La hora de Literatura con el profesor Caonabo coincidÃa con el recreo de kÃnder y le daba mordidas a mis panes y le pedÃa permiso al profesor para “ayudar” a esos niños a sacar sus refrescos de la nevera y yo, autoagradecida me tomaba un trago de cada refresco, porque tenÃa que “bajar el pan”.
Subo al aula, continúo en mis clases, encontrando muchas veces que se habÃan comido la mitad de uno de mis panes. En el recreo siempre me juntaba con mis amigas Miriam Pimentel y Altagracia Genao, “Lacha”, que esas sà que llevaban veinticinco centavos. Diariamente Miriam compraba un refresco de uva y Altagracia Genao -Lacha- uno rojo, ambos acompañados de pastelitos. No me explico cómo no cambiaron de color.
Mis compañeras de curso con el profesor José Delmonte el 14-11-2009 |
Siempre les brindaba de mis panes, pero no estaban acostumbradas a mi menú. Entonces ellas, al no ser tan glotonas, me daban la mitad de cada una de su merienda.
Tocar el timbre para entrar al aula era una señal para dirigirme a la cafeterÃa a donde sor Lourdes, una monja con más de 68 años, a “requintar” de los pastelitos que no se vendieron porque estaban rotos.
En el recreo |
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Xiomarita Pérez, columna Folcloreando
Publicada en Listin Diario el 18-12-2013
La primera fotografÃa es propiedad de www.aventurasinfantiles.com
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