El “pudín de monja” es un aporte de Puerto Rico a Puerto Plata
Xiomarita Pérez aclara que este exquisito postre es el mismo “tembleque” de la vecina isla de Puerto Rico y se elabora con leche de coco no con leche de vaca ni evaporada.
La periodista, curadora y trabajadora del
folklore, Xiomarita Pérez, se sorprendió de los ingredientes que utilizan en
sus recetas algunos jefes de cocina en sus páginas digitales, para elaborar el
exquisito postre “pudín de monja”, que aún no se sabe el origen del nombre, conocido
en Puerto Rico como “tembleque” y aclara que este delicioso postre es elaborado
a base de leche de coco.
Pérez quien es oriunda de Puerto Plata, cuenta que
durante su niñez en su hogar se elaboraba este plato de forma regular. “Si bien
es cierto que las personas le ponen su sello particular a los platos y postres,
la leche de coco es el principal ingrediente del pudín de monja, además de la
fécula de maíz, azúcar, canela y si desea un toque de vainilla. Se sirve con un
almíbar de uvas pasas, ciruelas u otra fruta, de acuerdo a sus posibilidades”
expresó Pérez, quien también aclaró, que la leche de vaca y la evaporada no se
incluye en la receta originaria.
Luego de Xiomarita leer un documento, autoría del
maestro e investigador Bolívar Troncoso, presidente de la Fundación Sabores
Dominicanos, sobre “Historia y Evolución de la Gastronomía Dominicana”, observó
en una de sus páginas que los inmigrantes cubanos y puertorriqueños liderados
por Antonio Maceo y protegidos por Gregorio Luperón llegaron a Puerto Plata al
fracasar la guerra independentista o Guerra del 68.
Xiomarita explica, según el documento, que este
desenlace trajo consigo los aportes de la gastronomía cubana y la
puertorriqueña a la dominicana, en específico a la puertoplateña y entre esos apellidos que llegaron figuran
el Maceo, Brugal, Mendoza, Mir, Michelena, entre otros.
Abundó, que el caso del pudín de monja y el tembleque se da en muchos
platos, que dependiendo del país o región de donde se elabore se cambian
algunos de sus ingredientes o adquieren otros nombres, de ahí la importancia de
que podamos conocer nuestros platos con sus ingredientes identitarios y las
peculiaridades en su elaboración.
Finalmente recomendó varios libros que en su contenido incluye el origen
de la gastronomía dominicana, entre ellos “Sabores Ancestrales” del Grupo
INICIA; “Guía gastronómica dominicana” de la Academia Dominicana de
Gastronomía”, “Herencia Gastronómica Dominicana” del Grupo Rica e
“Identificando la esencia y los matices de nuestros sabores”, Memorias del Foro
Gastronómico Dominicano 2015, que recoge las ponencias de especialistas desde
el origen de la gastronomía hasta la nueva cocina dominicana, cuyo cuidado de
edición estuvo a cargo de Xiomarita Pérez.
Conocí este plato en Barahona, con el nombre de Natilla, luego, una amiga a la cual llevé recordó haberlo comido antes, en su natal puerto plata , con el nombre de Pudin de Monja.
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